Adelaida Loukota E.

Guardo algunas palabras que considero hermosas y trato de usarlas con cautela. Estudié dibujo técnico en el colegio y luego literatura en la universidad y aunque no me dedico específicamente a ninguna de las dos para ganarme la vida, las uso todo el tiempo, junto con los diez años que me dediqué a leer para pagar la renta. Hay algunas películas que me hacen llorar y un par de libros que también logran ese fin. Escribo para darle sentido a los silencios, a las pausas entre momentos de vida.

En algún momento publiqué unos poemarios de forma artesanal e independiente, quizás el más lindo fue Callecorreos. Mis textos han aparecido en antologías y revistas e incluso tradujeron unos al catalán. Hace un par de años escribí para Nómada, hasta que ya no. En algún lado comenté que ya no escribía, pero la realidad es que en 2017 gané un premio por uno de mis libros de cuentos y ahora tengo nuevas publicaciones. Dedicarse a la literatura no se trata de publicar todo el tiempo.

Ahora leo menos de lo que quisiera, pero lo sigo haciendo porque necesito de otras voces para comprender la mía. Considero fascinante cómo un grupo de palabras pueden hacerte sentir cosas a nivel físico y esa es mi búsqueda, encontrar las letras, las palabras que hagan que las personas sientan cosas. Siempre he pensado que mi nombre es demasiado largo, que se puede cambiar al mundo con literatura y que los espacios hay que crearlos.