a estas horas

22 julio, 2008 Uncategorized

Son las 5:08 de la mañana y yo juego PacMan, empiezo a considerar la idea de una siesta y luego pienso en vos. Seguro que vos eras bueno jugando estos jueguitos, a mí me matran cada dos mil puntos. ¿Cómo fue tu tiempo de PacMan?, ¿cómo fuiste en aquellos años? A estas alturas debería estar corrigiendo el texto que me pagan por corregir. Ese texto en el que me abandono en las madrugadas; pero mi cerebro necesita un descanso y el jueguito sigue en mi compu, después de tantos años.

Igual, me abandono a vos cada vez que puedo. Sé que ya te he dicho que me gusta tu boca, tus camisas de cuadros, tu forma de fumar. ¿Qué pasaría si un día de estos me animo y te beso sin pedirte permiso?

Y si, yo creo que pienso en vos porque es de madrugada y estoy sola, y cuando uno está solo y es de madrugada piensa en esas cosas. Piensa en que hay mejores formas de invertir una madrugada que pensar y pensar, que corregir textos, que jugar jueguitos de computadora y oír a Drexler, aunque lo mejor de toda esta situación sea oír a Drexler.

Ya son las 5:32 según el reloj de los números rojos. Quizás ahora venga bien esa siesta, una media hora de oportunidad para soñar con vos, para soñar que te beso, que es mi sueño favorito de madrugada cuando estás lejos en tu cama y yo estoy lejos en la madrugada.