cómo

5 septiembre, 2006 Uncategorized

Cómo te digo que es más fácil hablar de la muerte cuando no duermes con ella a diario, que la desilusión vivida y persistente es más que la simple gana de quedarnos solos para no pensar en nada, para no hacer nada. Porque de todas maneras, ya nada podemos hacer.

Hoy es martes, mañana será miércoles y qué más da si la gente no se sube a los buses que pasan demasiado llenos o si dejamos de creer en las cosas posibles.