Me devato entre bajar al segundo nivel y prepararme un café instantáneo o caminar al edificio de enfrente y comprar un latte, que definitivamente sabe mejor. En el segundo nivel está siempre la opción de nescafé y sentirme personaje de Cortázar.
Me devato entre cortar mis propias venas o matar a alguien. Si corto mis propias venas siempre está la opción de creerme la rutina de la heroína romántica que ya no soporta vivir porque no tiene amor, porque no tiene nada.
Me devato entre llover a torrentes o esparar a que llueva. Si lluevo a torrentes siempre está la opción de gritar y gritar, de dejar de esperar que sean las 3 para tomar café o para volarme la tapa de los sesos.
la decisiones pueden ser parte de esquivar una necesidad atravez de la proyeccion, porque solo y solo asi se puede saber la intencion de admitir el deseo de gritar y sacar … uuuufffff valga “el café de las 3”>>alejso