El halcón maltés, de Dashiell Hammett

22 septiembre, 2008 Libros Prosa

El halcón maltés, Dashiell HammetTenemos a una pelirroja, a un detective muerto y al otro un poco mal encarado. Tenemos a la policía que nos perturba, a G y a un chico de gorra gris. Tenemos la noción de una estatuilla de un pájaro y a una situación en la que todos somos sospechosos.

Esta lectura resultó emocionante y envolvente. La novela nos lleva a una ciudad, a un misterio, a entrar en la vida de un detective (que no se parece a Pepe Pindonga ni a ninguno de los detectives panzones que más parecen sacados de la G2 que nos describen algunos novelistas contemporáneos) que comete errores pero que es “the boss”, el hombre que ha de resolver el misterio y de ganarse el amor de todas, todas las mujeres de la ciudad.
Borges escribió un cuento sobre una moneda de 20 centavos y la obsesión que poseerla genera en un hombre. En el cuento, este onjeto mágico no siempre fue tan mundano: “En Guzerat, a fines del siglo XVIII, un tigre fue Zahir; en Java, un ciego de la mezquita de Surakarta, a quien lapidaron los fieles; en Persia, un astrolabio que Nadir Shah hizo arrojar al fondo del mar; en las prisiones de Mahdí, hacia 1892, una pequeña brújula que Rudolf Carl von Slatin tocó, envuelta en un jirón de turbante; en la aljarra de Córdoba, según Zotenberg, una veta en el mármol de uno de los mil doscientos pilares; en la judería de Tetuán, el fondo de un pozo”.
El halcón maltés es de alguna manera un zahir, un objeto que obsesiona a ciertos hombres, que los hace “vender” a sus hijos, matar a cualquiera, morir a manos de cualquiera. Cuando llegamos al final del libro y resolvimos el misterio de los asesinatos, descubrimos que nuestra inocente pelirroja no era tan inocente después de todo y estuvimos a un paso de poseer el halcón maltés, sólo nos queda la certeza de la obsesión, la integridad de un hombre que no se dejó seducir por los encantos de una jovencita.
Algunos finales alternativos para la novela:
– Cairo mata a Brigid cuando ésta prepara la cena en la cocina.
– Spade se da cuenta de que el halcón era real, así que lo vende y se muda a Venecia con Effie, sigue siendo detective, pero ahora se especializa en obras de arte robadas.
– Wilmer revela que no le hizo caso a Cairo porque en realidad había sido amante de Brigid.
– Wilmer revela que no le hizo caso a Cairo porque era amante de Gutman.
Y bueno, ¿qué otro final le hubieran dado al caso?