érase una vez

13 julio, 2009 del día Uncategorized

Soñé con el fin del mundo, amor. Se abrió un túnel en el cielo y de él salió un dedo verde y gigante que me señaló y me aplastó contra el pavimento; pero en el mundo de los sueños nadie muere porque un dedo gigante se le venga encima, así que salimos corriendo (no sé con quién estaba), llegamos a una tiendita de colonia y nos reunimos con mucha gente que estaba comentando el asunto. Entonces apareció “el elegido” vestido de jeans, con un capichai de Momostenango, había milpas al fondo y algo como la emoción que te da cuando ves una película del fin del mundo y sabés que ya no hay remedio. Después apareciste vos, con enigmática sonrisa de gato de cheshire y me abrazaste y entonces supe que todo iba a estar bien.


Desperté con el sueño pegado a todo el cuerpo, con ganas de verte.