El mundo es un gran y extraño animal que a veces nos ve con los ojos llenos de asombro. Me detengo en una esquina y casi grito Keep the road, Jack, como si mis palabras fueran capaces de modificar las canciones escritas hace tanto tiempo, como si mis palabras fueran capaces de darle aliento a Jack para que siga On the road. Antes de llegar al próximo semáforo quisiera un poco de la convicción de esos años, un poco de la magia que nos dan los caminos cuando no esperamos que nos lleven a los mismos lugares de siempre.
No pierdo el ansia por el camino que hace unos años me movía a idealizar la vida fotografiada en las documentales de viajes; aún creo que hoy sería buena idea largarme con la mochila llena de latas de frijoles y agua pura.