Un ventilador inmóvil me mira de tanto en tanto, es de tarde y tengo sueño, como suelo tener sueño cuando pienso en las moscas del verano. Retazos tuyos me llegan en oleadas de lucidez, acarreo ciertos recuerdos que suelto un momento después. Quien pensaría que llegaríamos a estar tan lejos el uno del otro, quien pensaría que llegaríamos a ser tan definitivos. El resto del ruido transcurre entre pasillos y ventanas sin cortinas, entre un viento que no me toca y una computadora que no me habla.