La última vez

4 enero, 2013 del día

La última entrada que hice a este blog está fechada el 21 de agosto de 2012 y cuando me di cuenta me pareció muy curioso porque un día después de ese martes, es decir, el miércoles 22 de agosto, a eso del mediodía, me caí de las gradas de manera bastante dramática y al mejor estilo de telenovela mexicana. Rodé unas tres veces sobre mí misma y el resultado fue el codo derecho dislocado y dos fracturas, una en el cuello del radio y otra en la cabeza del húmero. A eso le siguió el viaje en ambulancia a la sala de urgencias, dolor al poner el hueso en su lugar sin anestesia, un yeso provisional porque el brazo estaba demasiado hinchado, otro yeso por cinco semanas, fisioterapia para volver a mover el brazo. Una operación para corregir una desviación del codo, más fisioterapia, más dolor, drogas para quitar el dolor, que dicho sea de paso me provocan pesadillas y me destruyen el estómago. No podía usar la derecha y mis alumnos lamentaron el resto del semestre que usara la izquierda para escribir en el pizarrón. Por un tiempo me costó vestirme, comer, dormir. Ahora el brazo está casi bien, aún estoy en fisioterapia y aún tengo un poco de dolor, pero ya puedo escribir y comer y vestirme. Me gustaría tener una moraleja para esta historia, contar un montón de cosas profundas que he aprendido en estos meses, empezar con una historia dolorosa para luego contar algo esperanzador y maravilloso, pero creo que aún no he digerido bien la experiencia porque todavía no estoy llena de esperanza y buena voluntad. Sé que uno aprende a vivir con el dolor, que tuve suerte de no partirme el cuello, que tuve pequeños logros de los cuales sentirme orgullosa como poder abrocharme el botón del pantalón, partir la carne que me estoy comiendo, escribir en la compu o manejar (la quinta todavía duele un poco, así que ando más en cuarta). Hoy tuve ganas de volver acá, quizás este año hasta tenga ganas de celebrar mi cumpleaños cuando llegue el momento. Me asombra lo frágiles que somos los seres humanos y a la vez lo resistentes que somos. Tengo ganas de escribir poesía de nuevo, quizás en estos días nublados de enero pase algo por el estilo. Por lo pronto, volví a lo cotidiano.