Podría ser que Guate amanezca nublada y que yo decida salir en un vuelo que me lleve hasta Miami. Ahí pasaría unas cuatro horas en el aeropuerto y luego saldría con rumbo a Madrid. Una vez en suelo español buscaría una pequeña pensión para que sea mi base de operaciones. Caminaría mucho, mucho por la ciudad. Buscaría ventas de libros usados y parques con malabaristas. Luego tendría que conocer Granada y luego llenarme los ojos de Barcelona. Porque cuando tenía 16 decía que Barcelona era mi ciudad y que alguna vez tendría un pequeño apartamento allá.
Después el camino debería llevarme a Marruecos, porque ya me soñé ahí alguna vez.