Uno de mis alumnos dijo hoy en clase que le había regalado “Rayuela” a su novia. Yo estaba a punto de decirle que la Maga era lo máximo, cuando me di cuenta de que he estado equivocada todo este tiempo. He pasado años tratando de ser como la Maga cuando en realidad yo soy como Pola París. Yo no tengo que buscarte por los puentes, Oliveira, no soy ingenua de ese modo, no hablo con las hojitas y no quiero cantarle canciones de cuna al Rocamadour que se nos murió cuando dejamos de ser esos que fuimos en el tiempo en que todo lo que importaba era la poesía y sabernos ahí, en el muro. Yo soy esa otra que puede ser cómplice tuya después de tomar café una tarde completa, esa que te hablará de libros y te contará historias tristes de amores trágicos. Yo soy esa que no querrás convertir en palabras.
Precioso.
Gracias Fernanda 😀
Precioso, escribes muy apasionada
Precioso, escribes muy apasionada