Yo soy de ese tipo de gente que siempre pierde las llaves. Una vez perdidas las llaves no me queda más que perder el tiempo buscándolas. Hoy por la mañana las perdí, una vez más; luego perdí veinte minutos buscándolas en los lugares más inverosímiles, hasta que me di por vencida y me fui con esa sensación de haber dejado algo a medias.
Llevaba algún rato en el carro cuando recordé que la última vez que las tuve en mis manos fue cuando se las presté a mi hermana hace un par de días y que ella no me las devolvió, por lo menos resolví el misterio y dejé de pensar en duendes ladrones y ese tipo de justificaciones que uno busca cuando ya no tiene remedio o algo mejor en qué pensar.
A veces, sólo a veces, también pierdo la esperanza. Una vez perdida la esperanza no me queda más que abrir la ventana para que entre un poco de aire y el oxígeno nuevo me recuerde que hay más de un camino para llegar a Roma, que todos los caminos conducen a Roma. Después me tomo un café y pienso que vendrán nuevos días, nuevas historias, así la esperanza resurge como un ave fenix medio achicharrada y medio cliché, pero esperanza al fin.
a mi se me pierden las llaves del carro pero obte por tener una copia en la billetera, y tambien a veces pierdo la esperanza, pero siempre se encuentra, ya no me preocupa
Max: yo creo que si meto una llave del carro en la billetera, seguro pierdo la billetera, jajajajaja
Lo bueno es que las esperanzas son necias y siempre aparecen 🙂