Una especie de latido en mi cabeza me dice que si estuviera en otro lado tendría más posibilidades de encontrarte. Estoy a punto de hacerle caso a ese rumor en mi sien cuando recuerdo que no tengo a dónde ir, que son casi las siete y ya no te busco desde hace unas semanas. Intento no caer en la tentación de poner canciones de Silvio para cantar dentro de mi garganta, a voz bien bajita, “ya no te espero”. Estás a punto de materializarte como recuerdo cuando decido dejarme llevar por la angustia, sólo por un par de minutos. Prefiero llorar por cualquier video sentimentaloide que devolverte el estatus de pensamiento activo en mi tarde. Quizás sea buena idea salir a caminar, ponerme en movimiento, ignorar que este par de audífonos funcionan como ancla y dejarme caer.
wow! el sentimiento me es conocido.
Un abrazo, Abril!