Creo que el primero fue Manolo. Estábamos en el colegio y habíamos sido novios unos meses. Era el tiempo pre facebook, pre teléfonos móviles, así que las comunicaciones se limitaban al teléfono y a vernos en los recreos o después de clases. Él se graduó ese fin de año, pero aún teníamos algo. Lo vi por última vez un día antes de su cumpleaños, que por azares del destino es 14 de febrero, y simplemente no me habló, después deeso desaparecer fue tan sencillo como dejar de contestar el teléfono y no aparecer en los lugares obvios. Lo encontré muchos años después y creo que nunca hablamos de por qué terminó así conmigo, con la vieja técnica de la desaparición.
Cuando estaba en la universidad y finalmente logré que Juan Pablo fuera mi novio de verdad, llamé un 24 de diciembre su casa para preguntar si lo iba a ver esa noche y sólo me dijeron que estaba de luna de miel. Supongo que una de mis preguntas, además de ¿QUÉ? fue ¿por qué no terminaste conmigo por las buenas? ¿Por qué simplemente usaste el silencio y la distancia para dar todo por terminado? ¿Era tan poco importante como para que me dijeras algo como mirá tengo que terminar con vos porque me voy a casar?
Me ha pasado otras veces, ahora que estoy un poco más curada de espantos, pero aún me duele esa forma de no dejar las cosas claras. No quiero hacer una lista exhaustiva de individuos que de un día para el otro sólo dejaron de contestar el teléfono e ignoraron correos y mensajes. Me pregunto por qué no pueden ser directos y avisarle a uno que ya no están interesados en dirigirle la palabra. Si hasta hace un par de días querían salir contigo, ¿por qué no te dicen que ya no? He estado haciendo un examen de consciencia en los últimos días para saber si alguna vez le he hecho eso a alguien y no recuerdo un sólo caso (por lo regular la ignorada soy yo) así que si alguna vez lo hice, lo siento.
Para mí las palabras son muy importantes, odio esa forma de ser tacaño con ellas. Para mí cerrar ciclos es vital, odio esa forma de terminar una relación sin decirlo. Esas arenas del pasado se revolvieron porque la semana pasada alguien simplemente dejó de contestar y me hizo preguntarme de nuevo si no merezco una explicación, un cierre digno.
yo todavía estoy esperando que me hablen…
saludos
yo todavía estoy esperando que me hablen…
saludos
Yo tampoco lo entiendo, leo tu blog con frecuiencia y, por tu forma de escribir me parecés una persona genial, merecés que “desenvainen las espadas del texto” por vos. No sé qué tanto de ficción tenga este post, pero como sea, me robo una frase de Sabina para decirte lo que me vino a la mente cuando lo leí: bruja en sobrevivir / te mereces un novio poeta…
Espero que llegue pronto
Un abrazo
Strega
Yo tampoco lo entiendo, leo tu blog con frecuiencia y, por tu forma de escribir me parecés una persona genial, merecés que “desenvainen las espadas del texto” por vos. No sé qué tanto de ficción tenga este post, pero como sea, me robo una frase de Sabina para decirte lo que me vino a la mente cuando lo leí: bruja en sobrevivir / te mereces un novio poeta…
Espero que llegue pronto
Un abrazo
Strega
@Strega – Pero si ya los tuvo! El tal Juan Pablo es poeta y otros por allí que también le hicieron el daño. No le sigas deseando el mal a nuestra querida Ades.
@Strega – Pero si ya los tuvo! El tal Juan Pablo es poeta y otros por allí que también le hicieron el daño. No le sigas deseando el mal a nuestra querida Ades.
Hola Mario René, abrazos de los que aunque no curan, reconfortan, jejeje
Strega, gracias por la canción de Sabina 🙂
Anónimo, ¿también me hicieron el daño? wajaja, me encantó la frase 🙂
Por cierto, eso me recordó el poema “¿Qué putas puedo hacer…?” de Sabines, que por ahí de la mitad dice:
¿Qué puedo con inteligentes podridos y con dulces niñas que no quieren hombre sino poesía?
Abrazos para ambos
Hola Mario René, abrazos de los que aunque no curan, reconfortan, jejeje
Strega, gracias por la canción de Sabina 🙂
Anónimo, ¿también me hicieron el daño? wajaja, me encantó la frase 🙂
Por cierto, eso me recordó el poema “¿Qué putas puedo hacer…?” de Sabines, que por ahí de la mitad dice:
¿Qué puedo con inteligentes podridos y con dulces niñas que no quieren hombre sino poesía?
Abrazos para ambos