Me gusta la ciudad cuando hace frío, creo que es porque me gustan los suéteres y las bufanadas y sólo cuando hay frío real uno puede hacer uso con toda libertad de dichos implementos.
Estoy leyendo Los detectives salvajes y me da toda la nostalgia del mundo, porque a pesar de que mis talleres de poesía no fueron en el DF y a pesar de que no leíamos en francés, creíamos que la poesía era la única forma de respirar y sobrevivir a este mundo.
Ayer por la tarde me hice un ovillo en el sillón (mala imagen pero ajustada a la realidad de mi frío, parafraseando al poeta García Madero) y pensé que hay viajes que inician con un soplo de viento (cada día soy más cursi) y pensé en lo agradabel que sería ver una película con vos, hecha un ovillo en tu costado. Tengo un par de días de negarme a oír música en el carro, cuando vengo al trabajo y cuando vuelvo a la casa. El pensamiento es un pájaro extraño (no recuerdo quien dijo eso pero es justo mi idea) que a veces necesita los ruiditos del carro para volar.
¿suéteres=ropa de biblioteca?>>¿anónimo=alias?
comentario anónimo=una sonrisa en mi tarde
No hay que negarse a la música – por experiencia propia lo digo – >>saludos!>>P.D.: hey! y Joe?
Hola Espyder, tanto tiempo sin verte por estos rumbos 🙂 saludos!!>>¿y Joe?>>Joe es como esa música a la que me niego de vez en cuando.
Hoy hizo un frío particular… y yo, como siempre haciéndome el machito estoy sentado en tu computadora congelándome del frío.>>Insisto que disfruto mucho del frío. Hoy “leía” los detectives salvajes también y acabo de notar que estaba leyendo el libro equivocado de Bolaño. Que bueno está. Es como un dulce en mi paladar!>>De paso, tengo un par de días de no tampoco escuchar música en el carro… y bueno, es porque ya no tengo uno.>>Disfruta el frío en New Jersey!
Guille: el frío siempre es más real cuando uno se hace el machito, jajajajaja>>abrazos!>>Es bueno estar de vuelta 🙂