Una de esas cadenas de pensamiento o allá afuera sopla demasiado el viento

21 febrero, 2011 del día Uncategorized

¿Cuándo fue la última vez que te enamoraste?, fue la pregunta. Hace como seis años, fue la respuesta. Digo, la última vez que fue algo correspondido, fue la aclaración. Después de eso solo he tenido una relación con un fantasma que se llama Joe, quien en realidad no me corresponde, fue lo que me callé. ¿Qué es lo que más extrañás de estar enamorada?, debió ser la siguiente pregunta. Hablar, sería la respuesta.

Eso es lo que siempre extraño, tener a ese cómplice que me escucha y que habla conmigo todo el tiempo. Sí, seguro que extraño los besos, tener alguien que me abrace, saber que no voy a ir al cine sola o que alguien me va a esperar a la salida del trabajo, que puedo esperar a alguien a la salida del trabajo. Me hace falta tener alguien con quien acabarme los mensajes de texto de mi plan de teléfono, tener alguien que consuma los minutos que ahora se desperdician irremediablemente. Joe ha hablado tanto conmigo, cuando se decide a aparecer. Hace seis años Homero hablaba conmigo, hace doce años Juan Pablo hablaba conmigo. Ahora no tengo a quien enredar con estos secretos de lo cotidiano.
Sí, extraño hablar-te.