una tarde de aquellas

15 octubre, 2009 del día Uncategorized

escena 1: camino por una calle. Avanzo en sentido contrario a los vehículos.

escena 2: aparece frente a mí un mini cooper corinto y dentro de él va un tipo verdaderamente lindo. Sonrío, porque uno siempre sonríe cuando ve cosas bonitas.
escena 3: el siguiente carro es conducido por un policía, quien no conforme con darme una chequeada de esas que pareciera que lo escanean a uno con rayos x, baja la velocidad y termina de golosearme en su mente con una mueca absurda en su cara. Si hubiera tenido tiempo me hubiera dicho alguna patanada, estoy segura.
escena 4: ambos carros desaparecen y un escalofrío me recorre la espalda. Supongo que eso es lo que uno siente cuando es testigo del paso de lo sublime a lo grotesco.