Voglio andare a casa

11 enero, 2017 Artículos De mí

No recuerdo cuál fue el último libro que leí completo, no sé si era de cuentos o una novela, seguro no fue un libro de poesía porque son pocos los que he leído de principio a fin, aunque no necesariamente en orden. Sé que la última película que me dejó con ganas de haberla escrito yo fue la de Walter Mitty, salí del cine con la certeza de que alguna vez yo debería ser capaz de contar una historia que se vea así, por si eso tiene algún sentido. Días después escuché a alguien leyendo el cuento de James Thurber “La vida secreta de Walter Mitty” que salió publicado en el New Yorker y seguí pensando en que alguna vez quiero escribir algo así. El último ilustrador cuyo trabajo vi por primera vez hace poco fue Cory Godbey y por eso uno de sus dibujos ilustra este texto. Sé que hay ciclos que se abren y otros que se cierran y por eso estoy de vuelta en este blog, que contiene muchos de mis ciclos. Contiene etapas muy tristes, quizás no haya alguna verdaderamente feliz y eso me da un poco de vergüenza. Sé que estoy pensando en las cosas que hice por última vez porque de pronto recuerdo la última vez que le dije a mi papá que lo quería. Porque hay cosas así, hay últimos libros que leímos hasta que leemos uno más, últimas películas que vimos hasta que vemos una más y todo depende de nosotros de que querramos leer algo nuevo o ir al cine un sábado por la tarde, hay últimas veces que dijimos algo hasta que definitivamente es la última vez no porque decidamos no decirlas de nuevo, sino porque a quien se las decíamos no puede escucharnos más. He pensado mucho en él y hoy fue la primera vez que hablé de su muerte sin ponerme a llorar como una boba, no porque el tiempo todo lo cure, sino porque hice un gran esfuerzo para no pensar en lo mucho que lo extraño y en cambio pensar en lo que le gustaba y lo hacía feliz.

  • “Nunca más

    Produce una extraña sensación el hecho de que, sin saberlo, se haga ésto o aquello por última vez, irrevocablemente, no porque uno vaya a morir poco después, sino porque eso nunca volverá a suceder en el transcurso de la vida. Se recorre por última vez una calle precisa (quizás porque uno se muda y nunca más se volverá a ir allí), se lee por última vez un libro (que después se aparta y se olvida), se bebe por última vez de una taza (que después se rompe, al fregar la vajilla), se ve por última vez a una persona (porque los camino de la vida se separan definitivamente)…

    Si supieras siempre que es la última vez, varias cosas cobrarían un valor totalmente distinto pero puede que no esté mal del todo el que normalmente no lo sepamos, de lo contrario, nos volveríamos conscientes de que en cierto sentido siempre hacemos o vivimos todo por última vez puesto que no se repite ningún día, ningún instante. Y ¿se puede vivir con esa consciencia?”

    Michael Ende (Carpeta de apuntes).