Me pasé tanto tiempo preguntándome por qué no era suficiente para vos, que no me detuve a preguntarme si vos eras suficiente para mí. Ahí está cariño que todo este tiempo tuviste razón y no eras el indicado, ese al que espero. Yo con esa idea de que la culpa es de uno cuando no enamora, que bastaría un poco de tiempo conmigo y llegar a conocerme, sin pensar en que la culpa es de uno cuando se niega a ver la realidad y aceptar que el otro no quiere saber de enamorarse. Sé que hace tiempo vengo diciéndolo, pero esta vez me dijiste adiós por última vez. Ahora yo te digo adiós, te doy las gracias por los montones de poemas tristes que te escribí y por negarte a llevar una relación apasionada y terrible conmigo. Supongo que la referencia no te dirá nada, pero ay te dejo Madrid, yo no quiero cobardes que me hagan sufrir, mejor le digo adiós a tu boca de anís.