ella extraña

26 agosto, 2010 del día Uncategorized

Está mirando llover por la ventana, hasta que decide que odia el gerundio y replantea. Mira llover por la ventana. La distrae la intromisión de un pensamiento introspectivo en la evasión gramatical que era su mente hasta el momento. Así que esto es su ausencia. Así que más que nostalgia es esta indolencia que la congela, que le impide llorar y patalear porque él se fue. Porque tarde o temprano tenía que irse.

Realmente quisiera hacer un poco de drama, escribir que lo extrañará hasta el final, cortarse las venas (aunque fuera metafóricamente) pero sabe que no le es posible extrañarlo más, que sólo le queda el vacío, la inmovilidad frente a una ventana, la certeza de esa resignación.
Mira llover, cierra los ojos y sabe que ya no llueve en su interior. Recuerda que “Únicamente los niños solitarios pueden ir acumulando todos sus amores; los demás van gastando sus sentimientos en charlas mundanas.” (Stefan Zweig, Carta de una desconocida)