Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez

8 octubre, 2008 Libros Prosa

Cien años de soledad, Gabriel García MárquezLlevamos apenas como 25 años de soledad y fuimos testigos de la fundación de Macondo, de la incipiente locura de José Arcadio Buendía, del potencial de José Arcadio, de la clarividencia de Aureliano, de la fuerza de Úrsula, de la sabiduría de Melquíades.

Ya vimos por ahí cómo se arman multitudes con los pobladores de una pequeña aldea perdida en medio de la nada y con unos cuantos gitanos y cómo los caminos no siempre están donde uno los busca. Asistimos a la consumación del matrimonio de dos primos, pasamos meses en la sierra y llegamos al río donde habrían de establecer un pueblo que no tiene cementerio porque aún no se muere nadie ahí. Fuimos testigos de los estragos de la enfermedad del insomnio y sus consecuencias fatales para la memoria. Ya nos encontramos con una forma de medir el tiempo a partir de los recuerdos importantes (yo diría felices) de la vida, y empezamos a reflexionar sobre los momentos memorables y las fotografías familiares. Y la cascada continúa cayendo. La narración vertiginosa y llena de adjetivos no se detiene aún, porque todavía nos hace falta conocer a más José Arcadios, a más Aurelianos.

Con el paso del tiempo llegó el momento de inaugurar el cementerio de Macondo. Melquíades fue el primer huesped de dicho campo. Tiempo después lo acompañaron los padres de Rebeca, Remedios, José Arcadio Buendía, José Arcadio y el desafortunado Pietro Crespi, además de Arcadio, y ahora que han pasado algunos años más, han llegado más Buendía y otros se han marchado. Aureliano se ha marchado muchas veces, ha inicado muchas batallas y ha perdido el sentido de su guerra. Úrsula sigue siendo el pilar que sostiene la casa. Amaranta sigue tejiendo el hilo de su destino.
Ésta es sin duda una parte triste del libro. Aureliano se ha transformado en un extraño con una caparazón de tristeza que es difícil de sobrellevar. Amaranta continúa en su eterna soledad elegida y García Márquez deja el relato de la infancia de los gemelos y Remedios, la bella, para un poco después. Se entretuvo dándonos detalles de las guerras sin sentido en las que al final conservadores y liberales son coyotes de la misma loma y pierden la perspectiva de su lucha (cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia).