Estoy en una ciudad extraña, comparto el cuarto con dos amigos y cinco extraños. Nos apilamos en cuatro literas y dormimos, ¿alguno de ellos soñará mientras yo sueño?
Despierto y el chico de la litera de al lado duerme todavía. Pienso en vos, en las veces que desperté y estabas a mi lado, en las veces que dormimos juntos y no supimos si el otro soñaba también. Me ataca la nostalgia y me quedo callada a la hora del desayuno. Pienso en él, que dormía pacíficamente a mi lado (aunque no conmigo), pienso en los abrazos, en los besos de desayuno, en la mañana compartida. Entonces salgo a caminar sin una idea exacta de a dónde quiero ir. Camino por horas enteras para dejar de pensar en vos.
¿acaso caminar te funciona para olvidar?
a mi me pasa lo contrario…
que estés bien
disfruta tu viaje amiguita – no olvides, lo mejor es recordar!
Hola MarioMarch, ¿cómo vas? pos caminar para mi es como un narcótico y nunca sé qué efecto tendrá, así que a veces me funciona caminar para cansarme y dejar de pensar, paras ver qué hay al rededor y despistar un poco a mi cabeza.
Besos pa'ti
Hola Zarek, ya llevo como diez millones de calles recorridas, me conformo con recordar algo de cada una 🙂
que estés bien, un abrazo